Una historia con mucha sangre, comedia y zombies, díganme ¿cómo podría salir mal una mezcla de todo esto?
Sin lugar a dudas la serie Santa Clarita Diet logro posicionarse y generar sus propios fans a tal grado que, gracias a la presión de la gente, se concretó una segunda temporada en tiempo record.
¿Y qué más podemos esperar de una serie genial? con comedia, horror, tintes de sobrenatural ambientada en una pequeña localidad de California que se ve afectada por una plaga de no-muertos caníbales. Joel y Sheila Hammond (Drew Barrymore y Timothy Olyphant) ven convertida su vida en un infierno cuando ella se ve infectada por una extraña enfermedad que la convierte en una irascible y temperamental devoradora de carne humana.
La segunda temporada de Santa Clarita Diet arranca allá dónde se quedó la primera. Esto es, con Joel tratando de convencer a las autoridades de que no es maniaco, con Sheila encerrada en el sótano y con la hija de ambos, Abby (Liv Hewson), y su extraño vecino Eric (Skyler Gisondo) buscando aún una cura.
Vital e imprescindible no contarles más sobre el regreso de esta desternillante ácida comedia negra, que salpica litros y litros de sangre y vísceras a montones.
En contraste, la segunda temporada de Santa Clarita Diet demuestra una mayor madurez argumental, con un guión más elaborado y desarrollado, al menos aparentemente en un largo plazo. Los chistes, y los giros argumentales están mucho mejor llevados, con mejor pulso y ubicados dentro de la trama no solo con mejor gusto, sino con una puntería muy certera. Se nota que su chef ha revisado la receta original.
Sin lugar a dudas vale la pena verse por mucho, y más si eres amante de los zombies.
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