Libro: Máquinas como yo: 1010 (2019)

• Historia

McEwan investiga la ciencia ficción: ¿Puede ser una máquina capaz de interpretar y decretar la diversidad moral de las determinaciones de la humanidad?
Londres, en los años ochenta del siglo anterior, aunque un Londres distópico y variable, en donde la vida se ha dirigido por rumbos distintos, un ejemplo es que, el Reino Unido perdió la guerra en las Malvinas y el científico Alan Turing no se quitó la vida por el sufrimiento que le causó el ser enjuiciado y condenado en los años cincuenta por ser homosexual, pues sigue con vida, aparte de seguir vivo está plenamente activo mientras se dedica al desarrollo de inteligencia artificial, terreno en el que ha conseguido su objetivo, crear los primeros seres humanos sintéticos, unos paradigmas a los que nombra -de acuerdo al sexo- de Adán y Eva.
Charlie adquiere uno de los primeros Adanes fabricados y planeados para acompañar y ayudar en la casa, y apoyado por la joven Miranda, su amante, lo programa de acuerdo a sus necesidades, pero Miranda guarda un horrible secreto, ese personaje sintético y casi perfecto, sin cortes, pero también sin los aspectos morales de los humanos de verdad, terminará por descubrirlo.
Y de esta forma, el particular triángulo entre Charlie, Miranda y Adán, acabará en una gran tensión que orillará a los intérpretes a tomar complicadas determinaciones y hará que el lector a establezca las disyuntivas morales tan molestas cómo inevitables.
Así es que tras asombrarnos con esa suerte de revisitación del Hamlet Shakespeariano, contada por un feto que era cáscara de nuez, Ian McEwan enfrenta otra proposición audaz y ambiciosa, en donde aprovecha la ciencia ficción para hacer ciertas preguntas.
¿Es capaz una máquina de conocer y entender la difícil moral que determina el ser humano?
¿Hasta donde llega la ética de la inteligencia artificial?
¿Realmente que nos hace llamarnos seres humanos? ¿El fin justifica los medios?

Autor de Máquinas como yo: 1010:

• 
  Ian McEwan