El hecho de haberse convertido en una estrella reconocida desde muy pequeño puede sin dudas traer graves consecuencias a los actores y una prueba de ello es lo que cuenta Daniel Radcliffe, a quien reconocemos fácilmente como el mago Harry Potter en la saga del mismo nombre.

La vida del actor cambió en el 2001 cuando tenía tan solo 12 años convirtiéndose de inmediato en una estrella seguida por millones y millones de fans, pero por mala suerte obtuvo una gran fama que no supo asimilar y que terminó llevándolo al alcoholismo.

El actor ha dicho que el alcohol era lo único que le permitía olvidarse de que estaba siendo analizado por el mundo entero en ese momento y que cuando estás borracho sientes una sensación de que la gente te mira más, pero sabía que era porque estaba ebrio y la solución era beber más para ignorarlos. El actor ha dejado claro que ahora se mantiene sobrio, pero que salir de eso es muy complicado cuando comenzaste a hacerlo desde muy joven.

Radcliffe ha dicho que su fama y la bebida lo llevaron a vivir algo parecido a lo de Justin Bieber a quien la gente juzga sin saber lo que te puede legar a abrumar la fama y el estar tan expuesto ya que pareciera que por ser rico y tener un excelente trabajo no tuvieras el derecho de sentirte triste.

En el 2012 se afirmó que Daniel llevaba varios años sin beber ya que su perdición alcohólica no lo hizo feliz y dejó de beber de manera radical justo al término de la última película de la saga de Harry Potter.

Daniel deja claro que todos los adolescentes ya sean famosos o no, atraviesan por estas circunstancias ya que salen a curiosear con sus amigos y se van de fiesta en donde normalmente hay alcohol y no puedes estar en una fiesta o un bar rodeado de alcohol y beber un vaso de agua y mucho menos en un país en donde la gente bebe demasiado como en Inglaterra.

Ahora el actor tiene 29 años y ha logrado deshacerse por completo de su adicción, claro que requirió de varios intentos y contó con ayuda de amigos y seres queridos.

"Me desperté una mañana después de una larga noche y le dije: "No está bien", dijo el joven, quien dice que no echa de menos el alcohol. "Cuando pienso en todo el caos que estaba invitando en mi vida, me digo que ahora estoy mucho más feliz".