Fox no tenía interés en hacer una película de Deadpool a menos que esta fuese PG13, ya que esto generaría más dinero. Después de que Ryan Reynolds escapara por fin de la maldición de una película que había terminado con todo lo bueno de este personaje y gracias a la filtración de un material de prueba, consiguió que su filme mantuviera las escenas y el lenguaje explícito, pero a pesar de haber triunfado la cosa terminó ahí ya que su secuela fue convertida en Había una vez un Deadpool que es un corte de Deadpool 2 que es totalmente apto para menores de 13 años.

Había una vez un Deadpool ha dejado divididos a los expetos en cuanto a críticas ya que hay quienes piensan que recortar las escenas violentas y retirar algunos chistes de adultos el personaje pierde esencia y el filme pierde originalidad, mientras que otros consideran que con el gran carisma que tiene el actor el resultado continúa siendo cautivador.